Refugiada en el embozo
de serena madrugada,
mirando tras el cristal
mientras despuntaba el alba,
recordando tus caricias,
mis temores y tus besos,
añorando esos abrazos
que protegían mis sueños.
Soñando con un mañana
de despertar a tu lado,
con una noche sin tregua,
sin futuro ni pasado,
con recostarme en tu pecho,
sin relojes y sin prisas,
con perderme en tu regazo,
con despertarme en tu risa.