Refugiada en el embozo
de serena madrugada,
mirando tras el cristal
mientras despuntaba el alba,
recordando tus caricias,
mis temores y tus besos,
añorando esos abrazos
que protegían mis sueños.
Soñando con un mañana
de despertar a tu lado,
con una noche sin tregua,
sin futuro ni pasado,
con recostarme en tu pecho,
sin relojes y sin prisas,
con perderme en tu regazo,
con despertarme en tu risa.
Que sueño más bonito. Espero que al abrir los ojos no desaparezca esa ilusión tan preciosa.
ResponderEliminarMuchas gracias Daria. Sólo por tener lectoras como tú, merece la pena escribir
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar