RENACER

Ella se enredó en su vida

como se enredó en su pelo,

enganchada a cada rizo,

cubriendo los recovecos

de un pasado sin historia,

de un ayer lleno de miedos.

Él abrió su alma dormida

a quien le ofreció sus besos,

quien de forma inesperada

le hizo borrar los recuerdos

que hasta aquel preciso instante

le llenaban de tormentos.

Y cogiéndole la mano

le sacó fuera del cieno,

dejando atrás las tormentas

los dos juntos renacieron,

recorrieron el camino

y compartieron sus sueños.

MI FELICIDAD

Reí al pensar en el ayer

y como lágrima fugitiva

se borró aquella sonrisa triste

en la que resumía mi vida.

¿Qué fue lo que en mi mente ocurrió

para querer destrozar un sueño,

para intentar borrar el pasado,

para soñar empezar de nuevo?

Todos intentaron convencerme

de que intentara otra vez reír,

se empeñaron, a fuerza de golpes,

en convertirme en alguien feliz,

ni siquiera quisieron saber

qué era aquello que yo quería,

se apoderaron de mi persona,

hicieron con su alma la mía.

Mas tuve valor para llorar

y demostrar que en este camino

toda la gente tiene el derecho

de hacer con su vida su destino.

Y logré poco a poco y despacio

redescubrir mi felicidad,

pues peor que el que no quiere reír

es aquel que no sabe llorar.

VOLVER A EMPEZAR

Bajo el eco irrefrenable

de una lágrima al caer

escondías tu mejilla

de los recuerdos de ayer.

Observabas lentamente

consumirse todo el fuego

en la vieja chimenea

llevando con él tus sueños.

En tu pelo despeinado

se podía adivinar,

como un reflejo del alma,

que escondías soledad.

Y tu pupila apagada,

toda ella cristalina,

reflejaba, inconsciente,

que se te iba la vida.

Como si fuera un mal sueño

tú de pronto despertaste

llorando, gritando, amando,

y tu dolor arrancaste.

No merecía la pena

dejar tu vida escapar,

no compensaba, de pronto,

perder tu felicidad.

Y tu mirada volvió

renovada, con más fuerza,

pensando que no podías

estar en la vida muerta.

Y la soledad se fue

y la tristeza marchó

lejos de ti, a otra parte

a engañar a un corazón.

Así rompiste en pedazos

los recuerdos de una carta

y los arrojaste al fuego

que muy débil crepitaba.

Sabías que eras fuerte

y que podías luchar

y seguir siempre adelante

sin volver la vista atrás.

MIRA A TU LADO

Cuando las sombras te cercan,

se aproximan lentamente,

y sólo encuentras problemas

que enturbian tu clara mente;

cuando la vida parece

que no merece la pena,

cuando encuentres mil razones

para cortarte las venas;

cuando pienses que el destino

te gasta bromas pesadas,

cuando la Madre Fortuna

te aceche con una espada;

si te sientes acosado

por total desesperanza,

si no ves ninguna estrella

brillando cada mañana;

entonces verás que el día

te guarda gratas sorpresas,

te ofrece enormes regalos,

disipa cada problema;

se presenta con su luz

con toda su gran belleza,

te ayuda siempre a olvidar

una a una tus tristezas.

Pero si otra vez el día

vuelve a presentarse gris,

no te ahogues en tus penas,

no te hundas más en ti.

Mira a tu lado y sonríe,

agarra fuerte esa mano

que te ayuda a levantarte,

que te quiere como hermano,

que te acompaña en la vida

dándote felicidad;

piensa sólo simplemente

que te queda la amistad.