No sé qué veo, que pienso,
cuando miro yo tus ojos,
cuando contemplo tu pelo,
cuando, por medio de esbozos,
dibujas tu gran sonrisa
en medio del aire fresco
que, con la mínima prisa,
infunde turbios deseos.
No sé qué pasa, que siento,
cuando mirando la luna
siento al galope en el viento
un corcel lleno de furia
que pisará sentimientos,
enterrará las pasiones,
querrá impedir nuestros besos
y prohibir las ilusiones.
No sé qué ocurre, qué tengo,
cuando en medio de la noche
despierto, llena de miedo,
esperando oír reproches
de quien no quiere saber,
con gran temor de oír,
lo que pueda suceder
si nos oyeran reír.
No sé qué pasa, qué pienso,
cuando camino sin rumbo
y me encuentro en el desierto
perdida y sola en el mundo,
sin nadie más a mi lado
que mi injusta compañía
reflejándose en el barro
sin saber qué es lo que haría.
No sé qué veo, que siento,
cuando en triste oscuridad
empiezo a hundirme en el cieno
siendo imposible escapar
cuando las garras del fondo,
furiosas como animales,
me hunden más en el lodo
siendo inútil el gritarles.
No sé qué ocurre en el cielo
cuando, acercándose el fin
y terminándose el tiempo
yo ya sólo pienso en ti.