miércoles, 27 de julio de 2011

INEXISTENCIA

Espero la inexistencia
como un pequeño regalo,
como un premio a aquella vida
en que viví sin engaño.
Espero la inexistencia
como a la aurora temprana
que, sin querer consultarnos,
nos llega cada mañana.
Espero la inexistencia
como si fuera una rosa
que va perdiendo sus pétalos
sin dejar de ser hermosa.
Espero la inexistencia
como se espera le noche
cuando va acabando el día
sin escuchar ningún nombre.
Espero la inexistencia
como al galope en caballo
recorriendo los caminos,
pisando flores de mayo.
Espero la inexistencia
como a la lluvia en invierno
que cae sobre los jardines
queriendo indicar el cielo.
Espero la inexistencia
como una leve sonrisa
que se encuentra sobre el aire
soplando junto a la brisa.
Espero la inexistencia
como el retorno de un sueño
que vaga por los espacios
sin encontrar a su dueño.
Espero la inexistencia
como se esperan los besos
que significan pasiones,
que significan te quiero.

martes, 19 de julio de 2011

BAJO LA LUNA

La sonrisa de tus labios
mi alma reconfortaron
y aquella luz de tus ojos
de alegría me llenaron.
Borraste de un solo golpe
cada una de mis penas,
reíste bajo la luna
que brillaba muy serena.
Me abrazaste, me besaste,
me envolviste en confianza,
reconstruiste los trozos
que habían roto mi alma.
Cruzaste mi corazón
con un sencillo 'te quiero'
y callaste mis lamentos
con un suave, tierno, beso.
Borraste esos fantasmas
que mi sueño me robaron
pasando sobre mis hombros
la ternura de tu brazo.
Y me secaste una lágrima
que a mis ojos asomaba
sabiendo sin preguntarme
todo lo que yo pensaba.
Yo te quise más que nunca
y aún me sentí más viva
mientras veía en el cielo
que la luna sonreía.

miércoles, 13 de julio de 2011

EN MI PECHO

Cuando todas tus palabras
rompieron nuestro silencio
y chocaron con dureza
contra mi inventado cielo,
sentí que se derrumbaban
de golpe mis ilusiones,
que los sueños se perdían,
que ya no había razones;
creí perder la esperanza,
pensé desertar del mundo
que tanto tú como yo
soñamos con vivir juntos;
cuando fuimos pronunciando
cada uno las palabras
yo entablé terrible lucha
con el miedo como espada.
Y en mi pecho reposaba,
como una pluma celeste,
la esperanza de un perdón
que ardía incandescente.
Y cuando las tristes lágrimas
brotaron de aquestos ojos,
me llenaron de amargura
al resbalar por mi rostro,
solo quería que tú
sin miedo me las secaras
y entendieras con mi gesto
qué era lo que me pasaba;
quería sentir tu brazo
alrededor de mis hombros,
intentando reparar
lo que yo ya había roto;
quería sentir ternura,
quería que tú supieras
que se me hundía la vida;
quería que me quisieras.
Y en mi pecho me latía
incesante el corazón
temiendo que en un momento
tú me dijeras adiós.
Cuando no supe callar
y sólo supe hacer daño,
cuando quise convertir
en verdad todo el engaño,
se había pasado el tiempo
de volver la vista atrás
y con dolor esa lucha
tuve que continuar.
Y así quise demostrar
sólo quién era más fuerte
olvidando por completo
que yo sólo sé quererte.
Y yo casi a punto estuve
de olvidar tus sentimientos,
de olvidar que en mi vida
sólo tú eres lo primero.
Y en mi pecho se juntaban
la impotencia y ese miedo
de perderte para siempre,
de perder lo que más quiero.

martes, 5 de julio de 2011

POSESIÓN

El sudor se resbalaba
por mi piel desnuda y blanca
haciendo que una sonrisa
iluminara mi cara.
Tus caricias recorrían
cada poro de mi cuerpo
y conseguía tocar
las estrellas en el cielo.
Pasaste por mis caderas
cual Atila galopando
por los prados del deseo,
junto a mis manos bajando
por tu pecho descubierto,
recubriéndome de besos
repasando con tus labios
cada uno de mis pechos.
Y a través de la ventana
el alba iluminaba
entre sábanas deshechas
el deseo que sobraba,
con tu cuerpo muy despacio
descansando sobre el mío,
poseyendo cada curva,
sin dejar ningún resquicio
por descubrir con tus manos,
por conquistar con tus besos,
explorando entre mis piernas,
recogiendo mi deseo.
Mi lengua se resbalaba
desde tu pecho bajando
recorriendo entre las sombras
los rincones más privados
de tu cuerpo en la penumbra
desnudo dentro del mío
llenándome de placer,
poniendo cada sentido
en tus ojos, en tu boca,
en el sabor a sudor
que mojaba mi cintura,
llenándome de calor
humedeciendo mis labios
excitando cada curva,
poseyéndome despacio,
haciéndome toda tuya.