lunes, 8 de agosto de 2011

SOBREVIVIR

Respiraba en la espesura
de unas lágrimas calladas
y pensaba sin motivo
que tú a mi ya no me amabas.
Sonreía tristemente,
con una sonrisa lánguida
que quedaba semioculta
detrás de todas mis lágrimas.
Temblaba, y no era de frío,
temblaba con la mañana
que despertaba despacio,
yo la miraba y temblaba
porque pensaba que el día
que amanecía a lo lejos
tan sólo iba a dejarme
una estela de recuerdos.
Lloraba en el olvido,
reía y tenía miedo;
contrastando emociones
lloraba y reía al tiempo.
El reloj se detenía
en un pasado cercano,
en una lluvia de golpes
que recordó mi pecado;
y no quería pecar,
volver otra vez de nuevo
a sufrir en lo más hondo;
mi alma se llenó de miedo
de pensar que te perdía,
de no saber dónde estabas,
de desear con temor
que no llegase el mañana.
Pensaba que no sabría
sobrevivir sin tu amor,
necesitaba a mi lado
poder sentir tu calor;
ya que mi vida sin ti
en un concepto muy extraño
y sólo puedo pensar
cada día que te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario